martes, 28 de febrero de 2023

Calendario de la ausencia


1991

El damasco

 

Un tornado llegó desde el sur

Y con sus vueltas en el patio

quebró el damasco cargado de flores blancas;

ese tiempo de tormenta ordenó las sinfonías

de nuestra tragedia, pero también abrió

la madera  secreta de la naturaleza restaurándose 



 

Damasco

 

¿Percibe la golondrina

su cuerpo en el vuelo

imantado al horizonte?

unida a su bandada avanza

por la curva del cielo y organiza

paraísos e infiernos:

inspiración, metafísica y alquimia

mensajes de agua

para la ignorancia del remoto hombre

distribuidos en gotas

de lágrimas y barro

 

 

 

 

 

 

 

El pájaro sostiene un ramo de flores

viento y nubes lo arrullan

cuando se detiene en la tormenta

canta su última canción;

no hemos prestado atención

voló espantado entre nosotros

¿un mesías o una aparición?




 

La escriba ágrafa



 

de no ser copias serviles sino formas,

purificada acentuación de formas:

                                                             flores

cuyos pétalos nunca

se despegarán

 

Alberto Girri

 

 

 

 

La mancha de tinta es el campo minado de flores

explotado, es el terreno o la geografía

donde el ojo distingue una flor, dos flores, tres flores;

la mancha es una y las flores muchas

lo enorme es un manto capaz de florecer

y si no florece no es enorme



Muchas veces fui el

ángel de Paul Klee y sobresaltada

mi pecho un dolor de espinas

abiertas en penumbra. Escuchaba

la voz de otro ángel

el ángel púrpura (el ángel

de los andrajos que reparte

ungüento a los desamparados)

 

Beatriz Vallejos

 

 

 

 

En la casa antigua de Leticia

un ostentoso árbol de mora

las puertas de un zaguán estrecho

las molduras decorando el frente y en el cuarto

una imagen del ángel de la guarda recuerdo

la madre que la abandonó y a sus hermanas

sufriendo en cierta hora del día

caminando por el barrio, buscando algo

como las huellas de la Josefina que se fue

en destello dorado de alas de ángel. 



 

Diario del Teatro



Máscara

niño me sorprendí

de encontrarme en mí mismo

de ser alguien entre los otros

y de no ser más que yo

Antonin Artaud

Construí una máscara y una capa larga

y frente a un grupo de docentes y alumnos

ingresé en la juventud con mi oscuridad

montada al texto de Artaud, desplegando

ese mundo interior propio de los bichos raros

que anuncian su presencia torpemente;

un gesto que ponía los ojos en blanco y

las manos alzadas al cielo;

en pura configuración celestial.

Así, abandono mi carne al poema y en esa desaforada

tempestad de dolor, el mundo se transforma y realiza

Sol Negro: ritual sagrado, una tarde con el dios del lenguaje

afina la rustica actuación de mis músculos y todos me aplauden. 



 

martes, 27 de julio de 2021

La Chispa de las cosas

 







 

Texto de contratapa de Leticia Obeid

 

 

Este libro reúne innumerables tesoros, como esos museos personales hechos de pasión, melancolía y paciencia. Algunas cosas reposan en estantes, en esquinas, en arcones, otras cuelgan de las paredes y otras nos rodean como un vapor, nos brotan como lágrimas. De la mano de Mariana Robles, iremos posando la mirada en cada objeto que nos señala su oficio de bordadora de palabras, detallista y exquisita. No es un inventario sino un viaje amoroso por las ruinas que deja el paso del tiempo, una invitación a escuchar sus sonidos más delicados.

La memoria, la herencia y el lenguaje son piedras que frota Mariana, para sacarles chispas que puedan encender el fuego de la poesía. La acompañan sus ancestras, cantan con ella, arriman tronquitos a la fogata, la miran, nos hablan a través de su voz. Mujeres conversando, mujeres pensando la historia con las manos, planchando sus pliegues, repitiendo un gesto hasta hacerlo arte, recibiendo dolores o sueños, traspasando los umbrales del tiempo en la sangre de sus hijas. La acompaña también María José Cabral con sus dibujos, gemas para este cofre de palabras brillantes y pulsátiles que quedarán reverberando en nuestros oídos y del lado de adentro de nuestros ojos, vaya a saber por cuánto tiempo.

 

 

 

 



El Aburrimiento

 







Texto de Contratapa de David Wapner

Ella cuenta que está aburrida como un hongo. Ella es ella y el hongo al mismo tiempo, pero todavía no lo sabe. Lo único que tiene en claro es que está aburrida. Esta aburrida como Alicia, de Carroll. Como Alicia, la voz que narra está aburrida a la espera de que algo suceda. Como Little Nemo, se encuentra en su dormitorio, sobre su cama, mirando en el techo, por ejemplo, las guirnaldas que Alicia, en la primera página del libro que Carroll escribió para Alice Liddle, se pregunta si vale la pena seguir trenzando, y todo para no levantarse a recoger margaritas. Atontada por el calor, Alicia. Somnoliento a punto de dormirse y soñar Little Nemo. Pero mientras que Alicia la saca de su tedio un conejo que pasa corriendo, preludio a su ingreso en Wonderland, y Litle Nemo ingresa sin transiciones a Slumberland, la voz de “El Aburrimeinto” no puede dormir. No puede, el aburrimiento se lo impide y se despabila. Entonces aparece un hongo: la episteme del hongo, o de la fantasía que tenemos de él. Este hongo experiemntado, que lleva asimilada en su esencia los procedimientos que llevan a Wonderland, a Sumberland a Munchkinland (El mago de Oz), conduce a la voz del Aburrimeinto a un viaje conciso, por los tópicos clásicos de este tipo de aventura. Viaje breve como la explosión de una supernova, luego de lo cual comienza a enfriarse en formas irreversibles para convertirse en enana roja

domingo, 28 de junio de 2020

El Nacimiento de lo extraño

El nacimiento de lo extraño
Editorial Cartografías, 2019
Río Cuarto
Beca de Creación - Fondo Nacional de las Artes

cegados por cenizas
los niños
atienden un pétalo
que arde.
Un infinito
donde sólo hay
más infinito

sus manos abiertas
proyectan una imagen luminosa
como en un cine y grandes nubes grises
se acomodan alrededor nuestro;
miramos el film mudo
donde una mujer
camina toda la noche
y dos ángeles de estupor
la acompañan y sostienen














Texto de contratapa: Gabriela Milone

En la oscuridad, alguien camina. Y lo hace no por solaz, no por necesidad, no por entrenamiento. Lo hace por una urgencia sagrada. Por un llamado sin voz.  Por una premura desconocida. Un cuerpo que no resiste, camina, (se) brota, como los despuntes de un damasco observado en la blancura incomprensible de una noche. Brota un cuerpo y hablan las lenguas de flores parlantes. La que escucha, la que ve, es una niña que registra trazos de esa extrañeza, que asiste a su nacimiento. Lo extraño así nace en forma de constelaciones de piedra, de geografías perdidas, de lenguas en racimos como flores sin destino. No se ve un paisaje, sino un film mudo, con fondo de montañas, cuyos protagonistas son una mujer que camina toda una noche, un hombre que observa un damasco, una niña que sospecha. Nadie sabe lo que puede el cuerpo de una madre. Y nadie nunca sabrá tampoco lo que puede la voz de la hija escriba. Que hablen las lenguas de las flores blancas: sus palabras nunca buscarán la exactitud del registro, sino que abrirán paso a los signos de una noche. Una ruta a oscuras, un cuerpo brotando fuera de sí, un cielo tejido de estrellas, una pregunta hecha de imágenes de flores y vírgenes y lechuzas y sangre. Nace lo extraño aquí, en esta escritura, con la sutileza de una voz única. Sus hilos tensan las filiaciones y afinan la trama de un abismo tan ajeno, tan propio. La voz no parece quebrarse ante el recuerdo doliente de la ausencia, en la noche, de la madre que nadie sabe cómo ha huido de su cuerpo en su cuerpo, poniéndolo a andar inusitadamente. Lo extraño nace y se hace letra que punza en una palabra, trazo que raya en un dibujo. Y así, busca templar la voz en la indagación oscura y espectral, pero no para volverse reclamo a una madre fugaz y peregrina por una noche, sino para abrirse a una singular dramaturgia de hija que aloja lo extraño como un tesoro de nombres perdidos.